Pollo al ajillo:

la receta definitiva para un plato tradicional lleno de sabor

Pollo al ajillo: Si estás buscando la receta perfecta de pollo al ajillo, has llegado al lugar indicado. Este plato tradicional, sencillo pero lleno de sabor, ha sido un clásico en las cocinas de muchas familias, pasando de generación en generación. Hoy te traigo una versión que, sin duda, va a convertirse en una de tus favoritas. ¡Prepárate para sorprender a todos con una explosión de sabor y tradición!

Ingredientes para el Pollo al Ajillo

La clave para un buen pollo al ajillo está en la frescura de los ingredientes y en los pequeños trucos que marcan la diferencia. En esta receta usaremos contramuslos y jamoncitos de pollo, pero puedes optar por la parte que prefieras. Lo importante es que los cortes sean adecuados para que absorban bien los sabores del ajo y el vino.

Pollo al ajillo
Pollo al ajillo

Ingredientes:

  • 1 kg de contramuslos y jamoncitos de pollo
  • 1 cabeza de ajo
  • 1 vaso de vino blanco
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Perejil fresco picado
  • Sal y pimienta negra molida

Paso a Paso: Cómo hacer Pollo al Ajillo

1. Preparación del pollo y el ajo
Lo primero que haremos es salpimentar el pollo. Un truco esencial es asegurarte de que los trozos de pollo estén bien cortados. Como mencioné antes, uso piezas de contramuslo que he dividido en tres trozos, y jamoncitos, partidos por la mitad. Esto facilita que se frían de manera uniforme y absorban bien los sabores.

En cuanto al ajo, lo interesante de esta receta es que no pelamos los ajos. Hacemos unas pequeñas incisiones en ellos, lo que permite que suelten todo su aroma sin quemarse ni perder sabor.

2. Freír el ajo para aromatizar el aceite
Calentamos una buena cantidad de aceite en una sartén y, cuando esté bien caliente, añadimos los ajos enteros. Freímos los ajos durante un par de minutos, dándoles vuelta para que se doren de manera uniforme. Justo antes de que empiecen a tostarse, los retiramos. No los deseches, porque los vamos a usar más adelante.

«Un par de minutos es suficiente para que el ajo aromatice el aceite sin que llegue a quemarse. El olor que desprende este paso es ya increíble.»


El truco del pollo bien frito: crujiente por fuera, jugoso por dentro

Uno de los secretos de un buen pollo al ajillo es que quede bien frito antes de añadirle los demás ingredientes. Esto le da una textura crujiente que contrasta perfectamente con la salsa que vamos a preparar después.

3. Freír el pollo por tandas
Freír todo el pollo de golpe puede hacer que baje la temperatura del aceite, por lo que lo mejor es freírlo por tandas. Tapa la sartén mientras fríes el pollo para que se cocine más rápido y evites las salpicaduras de aceite. Dale la vuelta a las piezas hasta que estén doradas por ambos lados.

Pollo al ajillo

«Este paso es crucial, ya que aunque el pollo se cocinará después con el vino, es importante que esté bien frito desde el principio.»


La salsa de ajo y vino blanco que lo cambia todo

4. Preparar la salsa
Cuando ya tienes todo el pollo bien frito, retira la mitad del aceite de la sartén para que no quede muy grasoso. Vuelve a poner el pollo en la sartén junto con los ajos que habías reservado.

5. Añadir el vino blanco
Es hora de añadir el vaso de vino blanco. Remueve bien el pollo para que todas las piezas entren en contacto con el vino, que será el que cree una deliciosa salsa llena de matices. También puedes agregar un poco de perejil fresco picado para darle un toque extra de frescura.

«En cuanto el vino entra en la sartén, el olor que sube es espectacular. Es una de esas sensaciones que te dicen que estás a punto de comer algo delicioso.»

6. Cocinar a fuego lento
Cubre la sartén y deja que el vino reduzca durante unos 8-10 minutos. Lo que queremos es que la salsa espese ligeramente y se adhiera a las piezas de pollo, dándoles ese sabor inconfundible.


El toque final: emplatado y consejos

Una vez que la salsa ha reducido, es momento de emplatar el pollo al ajillo. Coloca los trozos de pollo en una fuente, añade algunos de los ajos que habías frito y vierte la salsa por encima. Para un toque final, puedes espolvorear un poco más de perejil fresco.

«Mirad qué pinta tiene este plato… ¡Espectacular! Os aseguro que, una vez lo probéis, no podréis dejar de hacerlo en casa.»


Consejos para un Pollo al Ajillo Perfecto

  • Elige un buen vino: Aunque no es necesario gastar mucho, un vino blanco de calidad media hará que la salsa tenga mejor sabor.
  • No escatimes en ajo: El ajo es el protagonista de esta receta, así que no tengas miedo de usar una cabeza entera.
  • Fríe bien el pollo: No te saltes el paso de freírlo a fondo antes de añadir el vino. Esto le dará la textura crujiente perfecta.
  • Acompañamiento ideal: Un buen pan es esencial para mojar en la salsa que queda en el plato. ¡No querrás perderte ni una gota!

Inspiración Personal y Recomendada

Esta receta tiene un toque muy especial para mí, ya que es la versión de mi amiga Tamara, de Platos Fáciles con Tamara. Ella siempre tiene esos trucos únicos que hacen que cada receta sea inigualable. Si te ha gustado esta versión de pollo al ajillo, no dudes en visitar su canal y descubrir más recetas deliciosas.

Pollo al ajillo

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Conclusión: El Pollo al Ajillo, un Clásico Inolvidable

El pollo al ajillo es una receta que nunca pasa de moda. Con ingredientes simples y técnicas fáciles, puedes crear un plato que te transporta a las cocinas tradicionales de antaño. Ya sea para una comida en familia o una cena especial, este plato siempre será un éxito.

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